La cobertura de pastos es uno de los mejores medios para el control de la erosión debido al efecto
amortiguador que ejerce sobre el impacto de las gotas de lluvia y sobre el volumen y velocidad de la escorrentía, en adición al incremento de la infiltración, mantenimiento de la calidad del agua y estabilización del suelo. Sin embargo, dichos efectos benéficos contra el control de la erosión se ven reducidos cuando las áreas de pastos son sometidas a un uso intenso, sin control, lo cual es común en los países en desarrollo ya sea por falta de conocimiento por parte de los usuarios o debido a una serie de aspectos socioeconómicos más complejos. Aproximadamente el 50% de las tierras usadas por el hombre en el mundo lo constituyen las praderas, sabanas y áreas de pastos; ganaderos y pastores utilizan dichas áreas para la producción de la carne, leche y otros productos de origen animal, especialmente, provenientes de ganado vacuno, caprino, ovino, equino y camélidos sometiendo a aquellas que aun no lo están a un permanente proceso de degradación. Ante tales circunstancias, las áreas de praderas y pastos requieren de un manejo cuidadoso para evitar su deterioro o para su rehabilitación. Existen tres conceptos en relación con el uso de las tierras para alimentar el ganado: praderas, tierras de pastos y tierra forestal.
Praderas. Son aquellas áreas que se mantienen en barbecho permanente, cubiertas de gramas nativas, plantas herbáceas, arbustos y árboles que sirven como forraje; algunas pueden fertilizarse y resembrarse con especies nativas o foráneas de gramas, pero solo rara vez se someten a araduras.
Tierras de pastos. Se refieren generalmente a un área húmeda manejada intensamente y que soporta forrajes, tales como gramas mejoradas o una mezcla de gramas y legumbres; son usualmente fertilizadas y sometidas a remoción por aradura cada cierto periodo de unos cuantos años en regiones áridas y semiáridas, los pastizales se cultivan bajo riego.
Tierras forestales. Son aquellas que se dedican al crecimiento de árboles; en algunos sistemas agroforestales se suele intercalar los árboles con pastos, los que pueden utilizarse como forraje, ya sea directamente pastando el ganado sobre dichas áreas o como silaje para los animales de establos.
Fragmento 1. Manejo de praderas.
La pradera se define como tierras ocupadas por vegetación natural compuesta principalmente por gramas, hierbas y arbustos, adecuados para el pastoreo de animales domésticos y para alimento de vida silvestre. Debido a condiciones topográficas, de suelo, clima, o limitaciones económicas, las praderas normalmente no son aptas para la producción de cultivos ni de pastos. El suelo es considerado como el recurso básico de la pradera, el cual bajo la influencia del clima determina el tipo de recurso natural renovable que produce, tal como forraje, agua, vida silvestre, recreación y algunas veces combustible fósil, minerales y madera.
El principal uso de las praderas es el pastoreo; la principal preocupación del campesino es la vegetación, ya que esta provee alimento y hábitat para el ganado, estabiliza el suelo, protege la cuenca y proporciona algún tipo de recreación. Para lograr un uso optimo, tiene que reconocerse los diferentes tipos de praderas, evaluando su productividad actual en relación con la máxima que se puede obtener mediante el mejoramiento del manejo. Con un conocimiento adecuado del tipo de vegetación y sus requerimientos de crecimiento se puede establecer la carga de soporte de área y las practicas de pastoreo a implantar. Por lo tanto, los principios esenciales del manejo incluyen la identificación de las especies vegetales, el conocimiento de su relación con
el medio ambiente y su valor relativo como pasto. Existen varias especies de plantas que sirven como forrajes en las praderas:
Las gramas. Plantas herbáceas similares a las gramíneas, hierbas no gramíneas y arbustos. Las gramas son la principal fuente de nutrientes para los animales.
Las plantas herbáceas. Son de menor poder nutritivo que las primeras Las plantas herbáceas no gramíneas. Son las plantas de hojas anchas, que florecen, de tallo no leñoso, muchas de las cuales sirven de alimento para caprinos y ovinos.
Los arbustos. Son plantas leñosas que proveen a los animales de hojas, ramas, cortezas, flores y frutos, especialmente para caprinos, ovinos y animales silvestres. De acuerdo con la duración del ciclo vegetativo y de crecimiento, la vegetación de pradera puede estar constituida de plantas anuales, bianuales y perennes; las plantas también se clasifican como de estación fría o de estación caliente. Todas ellas no ocurren al azar, sino que se desarrollan donde las condiciones del medio satisfacen sus requerimientos de crecimiento y reproducción; ciertas especies se adaptan a hábitats o ecosistemas específicos denominados sitios de pradera, con combinaciones particulares de suelos uniformes, topografía y clima, y composición de plantas. Cada sitio posee una determinada capacidad productiva potencial para forraje, agua, ganadería y vida silvestre, que establece su condición, la cual se clasifica en excelente, buena aceptable y pobre.
La mayoría de las praderas no rinden a su máxima capacidad y pueden ser mejoradas mediante técnicas de manejo, tal como incendios prescritos, tratamientos mecánicos y químicos, fertilización y otras. Las mejores prácticas de manejo de praderas que permiten incrementar la cantidad y eficiencia de uso del forraje, al mismo tiempo que protegen al suelo de la erosión hídrica y eólica:
- Dejar suficiente cantidad de semillas para cubrir los requerimientos de reproducción en sitio.
- Sembrar especies mejoradas de gramas.
- Posponer el pastoreo de primavera hasta que el pasto se haya arraigado y el suelo esté lo suficientemente seco como para evitar daños por pisadas.
- Pastar simultáneamente el ganado vacuno y el ovino.
- Ajustar la tasa de utilización al periodo de crecimiento del pasto y al periodo de lluvias.
- Dejar cerca del 50% del forraje como reserva y como residuos.
- Integrar el pastoreo de las praderas con las áreas de pastoreo bajo riego.
- Practicar la rotación y el pastoreo diferido.
- Mover periódicamente los saleros a las áreas sub pastoreadas
- Limpiar las praderas de arbustos no alimenticias y propiciar el crecimiento de especies forrajeras deseables.
- Cercar las áreas sobre utilizadas y de condiciones pobres de modo que las manadas si dirijan a las áreas donde el pastoreo ha sido menos intenso.
- Construir caminos de acceso para el ganado hacia las áreas de poco uso.
- Rotar e tipo de animal en los potreros de pastoreo.
Manejo de pastizales
Las áreas de pastos incluyen tanto los bosques abiertos, como los sembradíos de forrajes, los cuales, constituyen el suministro de alimento más económico, si se maneja adecuadamente en los aspectos de suelo, agua y fertilización. El tipo de pasto depende de factores como el tipo de suelo, humedad, grado de adaptación y uso asignado; pueden ser gramíneas, leguminosas o una mezcla
de ambas, cuya selección depende de su valor nutritivo en un determinado ambiente. En general se agrupan en pastos de estación fría, de estación caliente, pastos anuales y perennes. Las leguminosas proporcionan una mejor calidad de forraje que las gramíneas. Algunas especies de pastos son de bajo crecimiento y se adaptan a pastoreos continuos con tasas bajas de ocupación; otras son altas y se prestan a sistemas de pastoreo por rotación o diferido.
Independientemente de la altura, al igual que las praderas, un manejo adecuado es el de tomar la mitad y dejar la otra como reserva y residuos. El manejo de las áreas de pastos se rige por los principios agronómicos y agroforestales que hemos visto anteriormente, es decir, se tiene que utilizar las especies aptas para las condiciones de clima y suelo del área y las mejores practicas de cultivo y labranza. Las aplicaciones de fertilizantes y enmiendas se efectúan de acuerdo con las recomendaciones del análisis de suelos, las que se correlacionan con las respuestas e las parcelas a los tratamientos. Ñas operaciones de labranza se usan cuando se requiere mejorar la condición de los forrajes. Existen tres aspectos importantes que considerar en el manejo de pastos: fertilización, sistemas de pastoreo y renovación de los pastos.
1. Fertilización. Cuando la acidez del suelo es muy alta o las toxinas se encuentran en proporciones letales, los fertilizantes no son utilizados eficazmente, en cuyo caso es necesario aplicar alguna enmienda, como cal, para reducir la acidez, bajar el aluminio intercambiable y transformar al fósforo en disponible. La alcalinidad y concentración excesiva de sodio puede corregirse con aplicaciones de yeso u otros compuestos químicos. El nutriente que más limita el crecimiento de los pastos es el N nitrógeno; sin embargo un exceso de este elemento puede conducir a un desarrollo foliar excesivo y un deficiente crecimiento de raíces. Aplicaciones elevadas de fertilizantes nitrogenados favorecen el crecimiento de gramíneas en cultivos mixtos gramíneas – leguminosas y limitan la tasa de fijación del N atmosférico por la bacteria rhizobium; inclusive, aplicaciones moderadas de fertilizante nitrogenados sobre suelos arenosos pueden ocasionar contaminación del agua subterránea al incrementar la concentración de nitratos por sobre el nivel máximo de 10pp estipulado por agua potable. El segundo nutriente mas critico en la producción de pastos es el fósforo P, e indirectamente en el control de la erosión. Para lograr un uso eficiente, los fertilizantes fosfatados se deben aplicar antes o simultáneamente con la siembra, en cantidades equivalentes al requerimiento de dos o tres años debido a su baja solubilidad. Muchas especies de pastos también requieren potasio K, especialmente en regiones húmedas y en suelos arenosos de climas semiáridos; sin embargo, las plantas absorben mas K de lo requerido cuando las aplicaciones de este nutriente se efectúa en exceso. Cuando los suelos poseen bajo contenido de magnesio Mg, o las plantas ejercen una excesiva absorción de K o NH4, puede ocurrir un descenso de la absorción de Mg, pudiendo conducir a la ocurrencia de enfermedades nutricionales fatales para el ganado, como el tétano de pasto. Otro tipo de fertilizantes lo constituyen el guano de corral y los lodos de las plantas de tratamientos de aguas servidas; sin embargo, cantidad y tiempo de aplicaron deben armonizar con los requerimientos nutritivos de las plantas y las exigencias para el sostenimiento de la integridad del medio ambiente.
2. Sistemas de pastoreo. Existen tres técnicas básicas de pastoreo: continuo en rotación y diferido. Pastoreo continuo. Consiste en dejar al ganado pastando en los campos durante todo el periodo de pastoreo. En este esquema existe la tendencia de pastar con la misma tasa de ocupación durante todo el año, resultando en una subutilizacion durante la primavera y el periodo de crecimiento y en un sobre pastoreo durante el periodo seco y de letargo de las plantas; trayendo como consecuencia una disminución de la productividad de los pastos y la ocurrencia de peligros de erosión en terrenos inclinados.
Pastoreo rotativo. Consiste en dividir los ampos mediante cercas de tal modo que el ganado ocupe solo una parte de ellos en el mismo tiempo. Este sistema posee un mayor potencial de pastoreo total por unidad de área al permitir en cada potrero la siembra de gramas o mezclas de diferente periodo de crecimiento.
Pastoreo diferido. Consiste en postergar la ocupación de algunos campos, ya sea para permitir que ciertas especies deseadas obtengan el vigor suficiente, para producir semillas, o ambos, o hasta que las heladas detengan el crecimiento de hojas y ramas. Los sistemas de pastoreo por rotación y diferido funcionan bien en conjunto; el ganado puede pastar en un potrero mientras el
uso de otro es diferido.
3. renovación de pastizales. La mayoría de los pastizales perennes se deterioran con el tiempo, ya sea por sobre pastoreo, compactación del suelo, sequías, plagas y enfermedades, decrecimiento en el porcentaje de leguminosas y el agotamiento de uno o mas nutrientes. En terrenos inclinados el deterioro de los pastizales va acompañado de problemas de erosión y sedimentación que contaminan los cuerpos de agua, además de la perdida de productividad de las tierras. La solución de estos problemas se logra mediante la renovación de los pastizales y la adopción de medidas rehabilitación.
Las alternativas mecánicas de rehabilitación se refieren al uso de maquinaria para modificar la condición física de los campos, principalmente para mitigar la erosión, mejorar e incrementar las oportunidades de infiltración y para mejorar el suelo y la captación de agua. Incluyen medidas como remoción de costras y del perfil del suelo, surcos en contorno, araduras, etc.
Las prácticas químicas consisten en la aplicación de herbicidas para controlar las especies no deseadas, o para convertir los matorrales en pastizales; a pesar de sus ventajas, estas medidas requieren de mucho cuidado en la manipulación debido a los efectos que pueden ejercer sobre el medio ambiente. Las medidas estructurales se refieren a la construcción de estructuras de carácter ingeniería; incluyen diques en contorno, canales, esparcidores de agua, construcción de terrazas, construcción de lagunas de sedimentación y de abastecimiento.
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